Existen objetos, como las diademas, que actúan como elementos mudos aportando elegancia estética, belleza y variedad a las personas que los visten desde la más absoluta cotidianeidad. Son elementos que han perdurado a lo largo de la historia desde la época clásica, cuando los antiguos griegos los utilizaban como atributo que usaban los dioses, aunque hay pruebas de que los antiguos egipcios ya los usaban como símbolo de poder y distinción.

Con el paso del tiempo, han vuelto una y otra vez al mundo de la moda, ya sea para representar a la ama de casa, o como señal de distinción en otro tipo de diosas y divas, como fueron Audrey Hepburn, Brigitte Bardot, Olivia Newton-John, Cher o la mismísima Diana de Gales, demostrando al mundo que se trata de un objeto común e inmortal al mismo tiempo.

Las diademas son algo más que simples complementos en el vestir, representan el clasicismo de la elegancia sin excesos, de la utilidad convertida en símbolo estético, icono en el vestir de culturas y contraculturas, la sencillez en las más altas posiciones del pret a porter… Un objeto, en fin, que pertenece al dominio popular como uno de los más queridos y usados como elemento para embellecer.

Pero, ¿qué son las diademas?

En esencia, las diademas son objetos circulares que mantienen una abertura por la parte de atrás, siendo esta la diferencia fundamental con una corona, que está completamente cerrada. El uso habitual de la diadema no es otro que el de ser colocada rodeando la cabeza, con una clara función ornamental. Sin embargo, también puede utilizarse para atrapar al cabello y que este quede cayendo por la parte posterior, evitando que entorpezca la visión.

Por lo tanto, son objetos útiles pero que ofrecen un sinfín de oportunidades estéticas, y es que, en este sentido, en el del diseño, una diadema representa en sí misma un género completo de accesorios.

La cantidad de posibilidades se extiende hasta algo menos que lo inabarcable. Se localizan diademas para niñas y niños, hombres y mujeres, superando la frontera entre sexos. Del mismo modo, es un recurso habitual la diadema de boda, diademas turbantes, de tela, de metal, de flores, de madera… y también para disfrazarse, como es el caso de las diademas catrina o las diademas Halloween.

El complemento perfecto

De manera habitual, para el día a día e incluso para las ocasiones más especiales, no hay momento ni lugar que supere a este complemento estético. Es la solución ideal para cualquier aprieto, en otoño, primavera, verano o invierno. Posiblemente sea el complemento más versátil de todos, que ofrece color, personalidad y estilo a cualquiera que lo lleve puesto.

Todo el mundo, en estos tiempos, se rinde a la comodidad y elegancia que ofrece una diadema. Solo hace falta mirar a la calle o a la pantalla del televisor para comprobar que cualquiera puede portar este elemento, con más o menos glamour. En cualquier caso, en la inmensa mayoría de ocasiones, favorece a la persona que lo lleva.

Las diademas y las famosas

Existe un auténtico boom entre las famosas españolas y extranjeras, parece que todas se han puesto de acuerdo y compiten por llevar diademas y lucir fabulosas. Al ser un objeto estético que se adapta a cualquier estilo, la personalidad de cada una de ellas se ve potenciada con este super complemento que no desvirtúa en ningún caso, sino que se adapta y suma, complementando una personalidad y un carácter propio.

En estos momentos, este complemento tan práctico se ha convertido en todo un must para numerosas actrices, cantantes y famosas de todo tipo. De este modo, la diadema se ha transformado en toda una estrella que brilla por sí sola en numerosos looks de gente como la propia reina Leticia Ortiz o Paula Echevarría, que eligen, dentro de sus estilos opuestos, usar este objeto para estilizar aún más su rostro. Y es que, una diadema, también tiene su repercusión en el aspecto físico de quienes lo portan.

Las diademas para embellecer el cabello y el rostro

Las diademas no han dejado de evolucionar, sirven como objeto de estudio para saber cómo afectar un rostro de una manera u otra. De este modo, existen diademas que se camuflan a la perfección entre el cabello, dejando asomar apenas un detalle. En este caso, los expertos aconsejan colocar este detalle en el lado bueno, para potenciar esa zona que será el centro de atención de las miradas.

Sin embargo, las que se colocan para que luzcan enteras definen la forma de la cabeza y el rostro, por lo que, si se tiene un rostro estrecho y un mentón ancho, una diadema puede equilibrar si lleva incorporado un gran adorno.

Por último, es muy importante valorar el color, ya que deberá ser un tono que entre dentro de la paleta de la propia piel, para después jugar contrastándolo en diferentes niveles con el del pelo.

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