Las flores preservadas se pueden convertir en uno de los complementos ideales para nuestros tocados, o para combinar con diferentes looks que vayamos a ponernos. Se trata de un elemento muy versátil, porque podemos encontrar multitud de colores, texturas, formas y acabados según el tipo de flor que hayamos escogido.
Una de las preguntas que muchas personas se hacen es cómo se pueden hacer flores preservadas. Lo cierto es que es un proceso interesante, que merece la pena conocer si queremos tener nuestras propias flores preservadas. Por supuesto que comprándolas accederemos a mucha más variedad y colorido, pero si queremos desarrollar nuestro lado artesano y creativo, vamos a ver cómo se pueden hacer.
El proceso de hacer flores preservadas
Para hacer flores preservadas lo primero que necesitamos son flores naturales, al contrario de lo que mucha gente piensa, no son flores artificiales, sino que son flores naturales. Una vez cortadas, se hace que las flores pasen por un proceso para absorber una mezcla orgánica que reemplazará la savia y agua de la planta, de esta forma se consigue que la flor se preserve a través de un proceso natural.
Este procedimiento permite que las flores se puedan mantener hasta incluso unos 4 años aproximadamente, sin marchitarse y sin perder el atractivo que tenían cuando todavía eran flores frescas.
Este proceso permite que disfrutemos de todo el colorido de estas flores sin necesidad de luz ni de agua, al ser flores preservadas mantendrán su apariencia de frescor y toda su esencia durante años, y podremos usarlas para complementar nuestros tocados, crear preciosas coronas de flores o cualquier otro tipo de creación que nos ocurra, y además, posteriormente podremos guardarlas y volver a usarlas cuantas veces queramos, al contrario que ocurriría con las flores frescas que tendríamos que desechar.
